martes, 30 de noviembre de 2010

Paula Jiménez




La casa en la avenida

Con saña o descuido, lo frágil
resbalaba de nuestras manos
y se hacía polvo
en el piso. No anden descalzos,
decía la abuela, porque los vidrios
se les clavan en los pies. Quizás buscábamos
averiarnos también, que por un día
nuestra vida fuera otra.
Romper
era probar cuánto duraban, alterar
ese orden que los grandes
le daban a las cosas.
La franela o el plumero
detenían la erosión, el gran desastre,
como lo hacía el pararrayos de la iglesia
en las noches tormentosas. Sin embargo
qué no hubiéramos dado por ver
la caída de un rayo entre nosotros, todo Caseros
en llamas y el rugido furioso
expandiéndose por la avenida. Yo prefería
que las polillas se comieran los tapados
a ese olor rancio, el acre
de un ropero abierto en los inviernos.
Expuestos al desgaste
estaban los objetos de la casa, será por eso
que rompíamos todo. Hoy crecí,
dijo mi hermano un día, porque quiero arreglar
lo que está roto.



Paula Jiménez

Psicóloga y escritora. En poesía publicó “Ser feliz en Baltimore” (Nusud 2001), “Formas”, libro y cd junto a la cantante Valeria Cini (Terraza 2002), y “la casa en la avenida” (Terraza 2004), con el que obtuvo en 2003 una mención del Fondo Nacional de las Artes. En 2006 recibió el Primer Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero y el Hernández de Plata en categoría Poesía. Sus libros “Espacios naturales” (poemas) y “Pollera pantalón” (narrativa) permanecen inéditos. Su cuento “Aventuras de Eva en el planeta” fue editado en Barcelona, España (Serena Ediciones, 2005).

lunes, 29 de noviembre de 2010

Yanina Magrini




deseo de otro
Lo hacemos despacio
para que no vuelque,
no salpique
toda la excitación
el abuso del agua.
Cuando no hay nada que decir
hacemos del oído
necesidad
                         de palabra
en lo ajeno.
(Qué se yo,
                         algo así vendría a ser.

De "Avuso"



XII
Será la ausencia una vereda para dormir en ella. Mientras miles de pasos hacen lentitud de los días y la muerte.
Cada nueva presencia es algo brutal. Aviso de lo que vamos
a perder.
Necesidad de no intuición. De camino, de palabra en la pisada.
Qué, con la hendidura.

(inédito)


Yanina Magrini
Nació en la ciudad de Río Cuarto, provincia de Córdoba, Argentina, en 1972. - Recibió la Mención de Honor por Contenido del “Centro Internacional de Escritores Noveles” (2002). - Fue distinguida con el 1º premio del certamen internacional “Pablo Neruda III”, con la publicación del libro de poemas “miralo bien” (C.I.E.N. 2002).
También obtuvo el 1º premio “Juninpais 2003”, de la Editorial de las Tres Lagunas, quienes editaron el libro de poesía “cromosoma en jeans”, con prólogo de Jorge Boccanera.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Marcelo Marcolin




Café Jamaica


Ya es setiembre por aquí: pronto brillará la primavera con
sus suaves adolescentes agitadas de muslos y de sal pero
estará muy lejos de Varsovia o Pehuajó. Estoy convencido
que tus manos seguirán en la misma mesa, diseñando el día
y sus horas cubiertas de flores amarillas, por eso pienso ir a
buscarte, allá en Madrid: me duele tanto el recuerdo de tus
ojos pidiendo dos cafés...



Marcelo Marcolin
Buenos Aires (1957)
De "Poesía y poetizar" Antología (2010)
Ediciones del Último Sábado / Imago Mundi

Fue miembro de la llamada Generación Subterránea argentina; editor y parte de diferentes publicaciones, entre ellas: Artemisa, Antimitomanía, El ojo de la Ballena, Río de la Plata. Colaborador en medios gráficos y radiales como columnista. Premio Zargazazú 1986. Ha editado: La coronación del príncipe mudo, Matecocido, La primera letra, Angeles clandestinos y Siestas de Wincofón.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Mabel Stricker



tedio

según las noticias
llueve en Nueva York

hay un aire pesado y obtuso
instalado en  nuestra mesa

llueve en Nueva York
y de la sopa huyen volutas tibias

llueve
y no hay tan siquiera
dos palabras vulgares
cruzando esta mortaja


_______________________



Y está ese nombre ahí
sin nadie para ser nombrado
Aquí se queda
cruzado en la memoria
Y ella que no está
y el nombre se calla

Acá quedan
María, Juan,
sin quién

Qué vamos a hacer con tantos

Nombres solos
que tenían a alguien
y ahora están ahí
y acá
inolvidablemente vacíos

Cuántos más serán
así
sin presencia
desolados
hasta que no haya
para que nombrarme



Mabel Stricker
Buenos Aires, reside en Quilmes
De "Poesía y poetizar" Antología (2010)
Ediciones del Último Sábado / Imago Mundi

Obra: Newton de WilliamBlake

viernes, 26 de noviembre de 2010

Mario Jorge de Lellis




Puente Bustamante

Pasabas tú, bajando, tú
y un nolopienses dicho hasta tu alma
y lluvias en esquinas y mateos
y finales tan dulces como las rosas dadas.

Pasaba el puente mismo,
el morirse en las vías, el despedirse en humo
y voz entrecortada
y pasaba palermo, pringles, barrios pobres,
felices por el pie de tu zapato y el calor de tu cara.

Te decía que no
y te miraba.




Radiografía de Almagro

Tú me quisiste siempre
como a un gorrión que juega.
Y eso de andar, Almagro, cobijándome,
es gaje de tu oficio centinela.

Para poder decirte enteramente
habría que beber, por ti, jugo de estrellas.
Habría que charlar de cosas inocentes
como hacen tus niños al borde de la siesta.

O habría, acaso, que inventar un himno
más simple que la marcha de una escuela.



Mario Jorge De Lellis
(1922-1966)

Obra: Dibujo de Mario Jorge de Lellis por Juan Carlos Castagnino.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Paul Éluard




XIX

Los prisioneros sienten ganas de reír
Han perdido las llaves de la curiosidad
Intercambian el deseo de vivir
Cadenas ligeras
Viejos reproches les hacen todavía gozar
La pereza no es ya ningún misterio
La independencia se halla en prisión.



XX

No avivan nunca la luz
No juegan nunca con el fuego
Asidos al desprecio por la victoria
Y confinando a sus semejantes
Gritando a la tormenta con los brazos abiertos
Ciegos por tener sobre el rostro
Los ojos igual que besos
Con la cara golpeada por las lágrimas
Han capturado al miedo y al hastío
Y solitarios unos para otros
Han reducido al silencio
Y le han obligado a gesticular
En el desierto de su presencia.



Paul Éluard
Nació Francia Saint-Denis, 1895 - Murió en Charenton-le-Pont, 1952)
Poeta francés, considerado el maestro de la poesía surrealista.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Julio Azzimonti




Sudestada
"Fragmento"

Hoy llueve María, como el carajo.
Con desesperación y la pobreza se
moja. Hoy llueve y el zanjón, se
llena de furias, tirándonos el
agua, a los pies.

Hoy llueve y la techumbre ensordece,
mientras el agua, María, se
lleva los despojos.

Hoy llueve Morena y la lluvia nos
trae feos recuerdos , en la intemperie.

Sudesta y es el agua que se coagula
en barro. Sudesta y el retrato en
la pared, tiembla al borde del precipicio
porque el pobrerío se moja,
se moja Morena, de adentro hacia
afuera.



Julio Azzimonti
(Zárate, Buenos Aires, 1943).
Dirigió las revistas literarias: El arcón, La banana magnética, El hiperpótamo y Precisiones. Integró el grupo cultural “La Jabonería de Vieytes”.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Norma Etcheverry




desde el fondo
en las tardes que duele
el lado opuesto/asoma
un ojo insolente/ atravesado
por otros que no ven
no quiero ver
no quiero ver
aquellas mañanas de mi infancia lenta
tuve sueños premonitorios
no imaginé la sed que cortaría
mi lengua en pedacitos/ pedacitos
que han ido quedando en la moldura
en la pregunta...
voy a escribir un largo desatino
pensé /pensé entonces que sería sencillo
campear el límite de la muerte
ahora
sombras de marfil negro duermen
mis noches
¿marfil negro digo? Sí,
y también casas maternas
de mujeres solas a fuerza de matar
el miedo/ y de hombres ciegos
que decantan
la historia de una ronda antigua
ambigua
exigua
no quiero ver
no quiero ver
la muerte
la vida entera, no.



Norma Etcheverry
Nació en Ranchos, provincia de Buenos Aires. Reside en La Plata.
De "Aspaldiko"

Aspaldiko es una expresión típica de la lengua euskera que, a modo de saludo, significa "Cuánto tiempo sin verte"

Obra: Salvador Dalí

sábado, 20 de noviembre de 2010

César Cantoni




10.08.05

El perro llegó olfateando,
reconoció la estatua
del prócer de la plaza
y orinó contra el pedestal.

Después se alejó con otros perros,
indiferente al juicio de la historia.


(El perro llegó olfateando)



24.12.05

No puedo afirmar si era el espíritu navideño,
un delirio momentáneo
o el amor consumado esa mañana
lo que la hacía cantar
detrás del mostrador,
pero juro que estaba feliz,
realmente feliz con sus ojeras.


(La muchacha del despacho de pan)




César Cantoni
La Plata 1951
De "Diario de poesía" (2008)

viernes, 19 de noviembre de 2010

Alberto Muñoz




La vida en las estampas

Una joven japonesa entra en nuestro cuarto. Estamos asustados.
La joven japonesa es de papel, pertenece a una estampa polícroma del siglo XVIII.
Estamos asustados.
Ha escapado de la composición del artista Suzuki Harunoba, dejando a su amado decúbito supino con el falo hinchado y los ojos en blanco.
Estamos asustados.
Parte del papel de su cara está quemado y una de las piernas quedó en la estampa por encima del noble que la penetra: ¿a qué viene esa joven a nuestro cuarto, si somos cristianos acostumbrados a nuestras vírgenes, que no se mueven de su sitio?



Yerbal II

“En su pelo, en su piel, hay un nuevo perfume, difícil decir de qué”
Marguerite Duras.


Una mujer entra en la peluquería con máscara facial: su marido ha venido de la noche cosido a un traje de ora costurera. la mujer no ha podido dormir si bien, abierta, de su camisa salía en los paseos el oro del pezón y la blancura.
¡Oh, los maridos!, que bajan al aljibe de las contrarias a buscar el agua de las yeguas , inútiles vuelven a sus camas, al apero de las cortinas.
Mi madre trabaja el rostro de las mujeres engañadas.
¿Qué diría Helena Rubinstein si supiera que no es pintura azul el manto de los celos?



Alberto Muñoz
De "Camiones"
(Ediciones en Danza).

(Buenos Aires, 1951) bien podría sintetizarlas en el rubro "Hombre orquesta". Poeta, músico, actor, dramaturgo, docente, guionista de tevé y cine, y psicólogo, lleva décadas generando arte en sus distintos canales de expresión.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Denise Levertov




Dolor matrimonial

El dolor matrimonial:

la lengua y los muslos, querido,
se vuelven pesados,
y nos late con fuerza en los dientes.

Buscamos una comunión
y somos rechazados, querido,
uno a uno.

Es el leviatán y estamos
dentro de su panza,
buscando alegría, alguna alegría
que no se conozca fuera

dos por dos en el arca
de lo que nos duele.




No perder el rumbo

Entre tareas
–deshojar fresas,
responder cartas–
o entre poemas,

volver al espejo
para ver si estoy ahí.



Denise Levertov
(1923-1997)
Nacida en Ilford, Inglaterra.
En el año 1947 se mudó a los Estados Unidos
Osciló entre la acerada conciencia política y el desarrollo progresivo de la propia espiritualidad.
Se convirtió en ciudadana de los Estados Unidos.
La crueldad de la guerra de Vietnam la conmocionó, y apareció en sus poemas como una insoportable injusticia.
Murió a los 74 años.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Emily Dickinson




No era la muerte

No era la muerte, pues yo estaba de pie y todos los muertos están acostados, no era de noche, pues todas las campanas agitaban sus badajos a mediodía, no había helada pues en mi piel sentí sirocos reptar, ni fuego pues sólo mis pies de mármol podían helar un santuario, y sin embargo, se parecían a todas las figuras que yo había visto ordenadas para un entierro, rememoraba el mío, como si mi vida fuera recortada y calzada en una marco, y no pudiera respirar sin una llave, y era como si fuera medianoche, ciertas. Cuando todo lo que late se detiene y el espacio mira a su alrededor la espeluznante helada, el primer otoño que llora repele la apaleada tierra, pero todo como el caos interminable, insolente, sin esperanza, sin mástil, ni siquiera un informe de la tierra para justificar la desesperación.



Emily Dickinson
(EEUU, 1830-1886)
Pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de la casa de su padre en Amherst, y, excepto cinco poemas (tres de ellos publicados sin su firma y otro sin que la autora lo supiera), su obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Idea Vilariño



Si muriera esta noche

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera



Idea Vilariño
De: El monte de las delicias
Poesía erótica femenina en español - Barcelona
Poeta uruguaya nacida en Montevideo en 1920.
Falleció en Montevideo en abril de 2009


Obra: Erótico - Carlos Azulay

domingo, 14 de noviembre de 2010

Norah Lange




Amanecer

En el corazón de cada árbol
se ha estremecido la medianoche.

La noche se desmenuza
en lenta procesión de niebla.

Todas las tardes terminan su cansancio.

Los letreros luminosos duermen
el asombro de sus colores
y anticipan la contemplación de cada pobre.

En toda esquina vigila el sueño
y es tu recuerdo la única pena
que humilla la altivez1 de las aceras.

Lejos, el primer mendigo,
traiciona el portal donde ha dormido.

Y la ciudad se abre como una carta



Norah Lange
(De La calle de la tarde, 1925)
(1905-1972), escritora argentina de ascendencia noruega, nació en Buenos Aires. Publicó poemas y relatos en revistas porteñas de vanguardia como Martín Fierro, Proa y Prisma. Por su atractivo físico y su carácter afable fue celebrada como la “musa del Ultraísmo”. Sus obras: La calle de la tarde, Los días y las noches, El rumbo de la rosa, 45 días y 30 marineros, Cuademos de infancia y Los dos retratos, entre otros. Fue esposa del poeta martinfierrista Oliverio Girondo, amor idílico juvenil de Jorge Luis Borges y de Leopoldo Marechal; este último la ficcionalizó en su novela Adán Buenosayres con el nombre Solveig Amundsen.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Victor Heredia

Informe de situación



Paso a detallar a continuación
el suscinto informe que usted demandó;
duele a mi persona tener que expresar
que aquí no ha quedado casi nada en pie.
Mas no desespere, le quiero aclarar
que –aunque el daño es grave -. Bien pudiera ser
que podamos salvar
todo el trigo joven
si actuamos con fe
y celeridad.
Parece ser que el temporal
trajo también la calamidad
de cierto tipo de langosta,
que come en grande y a nuestra costa
y de punta a punta del país
se han deglutido todo el maíz.
A los manzanos se los ve
cayendo antes de florecer,
se agusanaron los tomates,
y a las verduras, por más que trate,
ya no hay manera de hacerles bien...
ya no sé qué hacer
ni tengo con quién.
La gente duda en empezar
la tarea dura de cosechar,
lo poco que queda se va a perder
si, como le dije, no ponemos fe
y celeridad.
Y entre los males y los desmanes
hay cierta gente que – ya se sabe -,
saca provecho de la ocasión;
comprando a uno lo que vale dos
y haciendo abuso de autoridad
se llevan hasta la integridad.
Suscribo nombre y apellido
y ruego a usted tome partido
para intentar una solución,
que bien podría ser la unión
de los que aún estamos vivos
para torcer nuestro destino...
Saluda a Ud. un servidor.



Victor Heredia
Nació en el barrio de Monserrat, Buenos Aires el 24 de enero de 1947.
Músico y poeta.


Audio: Cuarteto Zupay

jueves, 11 de noviembre de 2010

Mario Benedetti

Te quiero



Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.



Mario Benedetti
Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920 en Paso de Los Toros.
Recibió la formación primaria y secundaria en Montevideo y a los dieciocho años se trasladó a Buenos Aires donde residió por varios años. En 1945 formó parte del famoso semanario «Marcha» donde colaboró como periodista hasta 1974.
Falleció en Montevideo en mayo de 2009.



Audio: Cuarteto Zupay

miércoles, 10 de noviembre de 2010

María del Carmen Colombo




CHAMUYO DE LA LOCA

Si la gila/da
abriese su párpado cosido
tantos años
después diría saquen
los estiletes muchachos/as
desmenucemos
punta al fin
como quien se rasura
la lengua
de papilas vaciar
al gran reptil de los adentros
cólico
tan mudo
muro de contención ella
diría
          ojo
que desnuca se caiga
y caerá de pulpo
la cabeza
sobre un charco de nafta
coletazo



SOLO DE BOMBO

cobijador se fue
tapábamos la espalda de cartón
el agudo carnal nos suavizaba
muerte/
trajo la suya cuando vino
a quitárnoslo a él
padre buenito
campo donde pastar el griterío
ahora que retuerce sus ajos
al correr del cajón
nos quiebra el mundo
el agujero ese
bombo a tocar
el más redondo uno
que duele dale
de golpes
solo




María del Carmen Colombo
De "BLUES DEL AMASIJO y otros poemas"
Nació el 17 de abril de 1950, en Buenos Aires, Capital Federal, Argentina.
Estudió Letras y Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).
Integró las Nuevas Promociones Literarias de la Sociedad Argentina de Escritores.
Integró el Grupo El Ladrillo, junto a los poetas Jorge Boccanera, Vicente Muleiro y Adrián Desiderato.
http://www.mccolombo.com.ar
Blog del amasijo

martes, 9 de noviembre de 2010

Edna Pozzi




La niña en el columpio


En cada atardecer
el hombre baja las escaleras de su casa
y se sienta en el parque a esperar las estrellas
En el parque hay una niña columpiándose
y en cada movimiento su cuerpo de cinco años
cubierto con un vestido blanco
traza rayas de luz en el crepúsculo
El hombre ve el resplandor
la finura exacta de la luz
pero sus ojos detenidos en la estrella más lejana
vislumbran la otra niña
la que en Oxipur o Calibán
está balanceándose en un columpio
con un vestido blanco bordado de flores amarillas
Las niñas no se conocen
pero el hombre sabe que el universo
es así de preciso y bello e inútil
Quisiera quedarse en el parque
escuchando el ruido del columpio
pero trepa las escaleras de su casa
donde lo esperan dioses oscuros y pequeños
dioses con olor a pena y a rocío
y a pan recién horneado
y a corazones rotos


Poema I

"Y mirándote, como ahora te miro
muerto sobre una hoja de otoño
una hoja dorada y traslúcida
por esa dificultad que da la muerte
tan profunda y compleja
para la gente del amor
que se muere sencillamente
sin demasiadas estridencias
con el cuerpo desnudo apoyado
en calendarios rotos"



Edna Pozzi
Escritora y periodista (Pergamino, Buenos Aires). Difusora cultural y activista en movimientos feministas.
Su obra poética: Tiempo para decir llorando; Señales para Gustavo; La razón más impura; Ella dijo algo fantástico; De mala muerte; Palabras que me salven de la muerte; Ferocidad de la memoria; Cantata a Alejandro; La madre; Ana de fin de año; La última palabra no la tiene la muerte; El triste de Furor; El libro de Javier; Cercanías de Adolfo De Ferrari; Mas no estorbes la música y Balada de fin de siglo (en colaboración).

lunes, 8 de noviembre de 2010

Eliana Navarro




Peludas

I

¿Solo hacia arriba es crecer?

también soy árbol desmedido
simbiosis de pulcra y dragón

mi bosque es de árboles incendiados
es verano
hay crujido en el silencio

cuánto humus dejó que hundiéramos
el pie, las dudas nuestro verde amor
su pájaro
telas de araña intentan capturarnos

nosotros, insectos durando
cada uno quemándose
en la medida de su puta suerte

II

también soy agua que corre
y da forma a la ribera del día
no puedo prometer
mañana el mismo cauce
el devenir mi amor la evanescencia

III

La levedad con que te toco
viene de mi parte pájaro
la insistencia en tenerte
no puedo evitarla es
de mis ancestros arbóreos
su pasión de raíz
¿la histeria?
heredé a mi abuela serpiente
hay las ateridas columnas de mi pubis

creer en la belleza se lo debo a mi madre
buena habitante de zonas mojadas
a mi padre el gusto dulce que alcanzó la muerte
ya ves también soy muerte
recostada en tus manos
subo a rastras por tu talle
voy hacia tus pensamientos

IV

llevo mi orfandad, también la tuya
tomo al lenguaje por atrás
y rompo esta mudez mía
y tuya

¿será posible capturar el círculo?

nada más tangible esta verdad
quererlo todo
apasionadamente

V

noche angosta
el lago es borde
premonitorio
es llamada
boca negra
pidiendo
por nosotros

soledad es un insecto de noche

apenas apagás la luz despliega sus aletas desiguales
no hay líneas en los ojos que te salven de visiones
es un insecto de carcaza antigua
podría jurar que tiene algo de hembra
si prestás atención
hace temblar tu reserva de entrega endémica

nadie va a explicarte por qué le concediste ese lugar
qué vaciedad de las cosas lo provoca

o por qué
cómo se te metió en el cuerpo

qué es eso
que lo hace pensarte
como su casa tomada



Eliana Navarro
Nació en Buenos Aires en 1975, desde el ’76 vive en Bariloche.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Johann Arroyo




Tentativa de gozo

1

al hijo había que educarlo
en materias como ayude a
su tata o sirva pa algo
Había que alimentarlo bien los
primeros días de prófugo en la tierra,
colados de verduras, pastillas de bacalao
y mendrugo de harina.
El hijo debía de entenderse
con las empleadas, no levantarle las
faldas, aceptar sus jalones de orejas
verlas dormidas al amanecer.
Pero el hijo, parecía un ser normal
un elocuente lava levas, un incrédulo
de los trabajos domésticos
de los hombres
Fumó, cogió a la abandonada y la penetró
aconsejó para que no tuvieran Cabanga
tuvo empleos y hemorroides, alzó
pesos impensables, trabajó bajo el régimen
de la propia pesadilla, aprendió a conducir
en las peores carreteras.
Al hijo, lo andan buscando.


2

huelo a cama, eso la excita
Tengo bebés, dice, cuando ve
mi ombligo y me quita la pelusa
Me parezco a San Juan,
una tentación, porque me muero
del frío
Hago trompas, inconsciente de
cansancio y me humedece la boca
No lo sabía, pero hasta los zancudos
Mueren de las brazadas que
doy en el aire,
en estado alfa y erecto.
prefiero el parecido a
San Juan, no debo llegar ungido
sino en llamas
provocar olor por todas partes
es un acto de rango, le
quita algo de cursilería a la seducción.


3
El calzoncillo


ese día se sentaron mis
padres con ella, mi mamá
se levantó para ir al baño
y encontró en el lavamanos un
calzoncillo que destilaba por la
rejilla
Le preguntó a ella, por qué
mojaba los calzoncillos: los lava
cuando se baña y se limpia la
cera de las orejas, usted se lo
enseñó
Mi mamá giró los ojos como una
pincher en celo: no él lo aprendió.
Pues me parece que usted se lo
enseñó cuando estaba carajo
No yo no. Las empleadas
Entonces recuerdo a la empleada que
me sacaba de la cama y me metía
al baño con ropa interior: cochino
se volvió a mear anoche.
Mama la despidió y las que siguieron.
Ahora me cuestiona, mientras olvida.




Johann Arroyo
San José - Costa Rica, 1978.
Fundador del taller de Literatura La Enésima Silla en 1997, del cual nació una compilación de textos de escritores jóvenes, en una edición casi desaparecida. Sus poemas y textos han sido publicados de forma dispersa, entre semanarios, periódicos costarricenses y revistas digitales de España, Argentina y Uruguay.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Joaquín O. Giannuzzi




Muchacha en una fotografía


Parece domingo en el jardín y en todo el mundo.
La escena ha demandado
mucho cielo para mi gusto, pero la causa
es tal vez una convicción secreta del fotógrafo.
En el fondo, una vibración moteada
de sol, con flores y hojas que se acumulan
hasta obtener una alegría
que no necesita explicación.
De modo que ella está de pie,
sonriendo enteramente, con un resto
de viento en los cabellos.
Pero mira hacia adentro y se complace
en su anónima carne y supone que la imagen
retiene algo más que su parte mortal.
Si en eso se equivoca es asunto suyo
y nada puedo hacer al respecto. O quizás tenga razón
y de este lado
la superficie de la existencia
me despedaza y devora por dentro y por fuera.




Joaquín O. Giannuzzi
Nnació en Buenos Aires en 1924.


Obra: fragmento del cuadro “Muchachas a orillas del mar” de Puvis de Chavannes

jueves, 4 de noviembre de 2010

Gino Scartaghiande




Que precisamente yo


Me pego a ti. Estoy
en metamorfosis entre uno y otro
huso pedazos de eternidad
incomprensibles discursos
quién sabe qué buenas
cosas se podrían.
No me devores. Cómeme con
calma. Zarzas de tu esófago
donde los siglos rechazados
ojean como.
No existe el excusado
donde puedas librarte
de mí. ¿No estás seguro
de que ya te haya vomitado
precisamente yo?
Mi otra compenetración.





Parágrafo


Querrán asesinarnos.
Pero no nos agarrarán.
Hace tiempo que dejamos
los planetas. Están ciegos.
Mi querido y asqueroso
amor, ahora queremos
en un acto extremo de
indiferencia dejarles
a ellos la vida
con todas sus uñas.



Traducción: Guillermo Fernández

Gino Scartaghiande
Nació en 1951, en Cava de’Tirreni (Salerno) Italia.

Obra: Venus y los Cerebros Espongiformes - Juan Guillermo M. de Lara

martes, 2 de noviembre de 2010

Shigueharu Nakan




Adiós de la madrugada

Hemos de trabajar
hemos de discutir nuestros asuntos.
Siempre que nos reunimos
nos asaltan los gendarmes
y nos golpean la nariz
nos golpean los ojos.
Por eso nos cambiamos a este segundo piso
con salida a callejones y atajos de refugio.

Aquí duermen seis adolescentes.
En la planta baja, un matrimonio y un niño de pecho.
No conozco a estos adolescentes
sólo sé que son mis camaradas.
No conozco el nombre del matrimonio
sólo sé que nos han prestado su segundo piso
con buena voluntad.
Pronto amanecerá
nos mudaremos otra vez
cargaremos el maletín
discutiremos minuciosamente
realizaremos bien nuestro trabajo
mañana por la noche dormiremos en otro colchón
prestado.

Ya empieza a amanecer
este cuarto de seis metros cuadrados
pañales colgados del cordón eléctrico
el foco tiznado y desnudo
los juguetes de celuloide
los colchones prestados
las pulguitas.

De todo esto me despido
hay que continuar el trabajo
para hacer florecer
nuestras flores:

la flor del matrimonio
la flor del niño de pecho
para que florezcan estas flores

de pronto, plenamente.


Shigueharu Nakano
(FUKUI, JAPÓN, 1902-1979)
De origen campesino. Ingresó en 1924 en la facultad de letras
alemanas de la Universidad de Tokio. En 1926 publicó la revista
Roba (El asno), en colaboración con otros jóvenes poetas. Organizó
un grupo literario marxista con estudiantes universitarios,
llamado Sociedad de Estudios sobre el Arte Marxista, el que se
unió más tarde a la Federación de Arte Literario Proletario del
Japón, cuya revista fue Bunguei Sensen (Frente de Arte Literario).
Nakano tuvo participación decisiva en la elaboración de la teoría
de lo que en el Japón se conoce como literatura proletaria,
movimiento surgido en 1921, y destrozado en 1932 por el gobierno
ultranacionalista japonés. En su obra concilia el lirismo y lo
ideológico. Se considera la máxima representación de la poesía
marxista del Japón. Sufrió cárcel y censura.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Jacobo Rauskin




Tareas tan inútiles como la poesía


El río crece, el tiempo no ayuda.
Rema, rema la luz bajo la lluvia.
Que me perdone quien se sienta herido,
los inundados son del río, de nadie más.
Clavan techitos de multiflex,
de flexiplor, paredes
de un más que servicial cartón
o se dan por entero a otras tareas
que de por sí tampoco arreglan nada.
Y justo cuando nada se arregla,
cuando la noche habla de tregua
y enciende su esperanza, su lámpara
de veinticinco vatios gratuitos
en un barcito de morondanga,
se vive un apagón, se oculta el río,
se oculta la ciudad que ocupa el río.



Jacobo Rauskin

Nació en Villa Rica, Paraguay en 1941. Es uno de los poetas paraguayos más representativos de la actualidad. Desde los años 60 ha publicado más de una decena de libros de poemas, entre ellos: Oda (1964); Casa perdida (1971); Naufragios (1984); Jardín de la pereza (1987); La noche del viaje (1988, Premio La República 1989); La canción andariega (1991, Premio El Lector); Alegría de un hombre que vuelve (1992); y Fogata y dormidero de caminantes (1994). Sus poemas han aparecido en diversas revistas y publicaciones antológicas paraguayas y extranjeras.

Fotografía: Últimas imágenes del nufragio - Eliseo Zubiela

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com