miércoles, 29 de junio de 2011

Gabriela Wiener




La fuerza del cariño


hoy mamá vino a visitarme
estuvimos viendo “La fuerza de cariño”

en la película
una madre y su hija adulta toman té luego de un baño reconfortante
y conversan de sus vidas tendidas en una ancha cama

es gracioso
nosotras vemos la tele acostadas en mi cama matrimonial

pero no tomamos té

como una vaca y su ternero
sólo juntamos nuestras narices y nos damos leche

nos vamos antes de ver morir a la hija
mejor
sino hubiéramos llorado juntas
y es horrible llorar por ese tipo de cosas



Gabriela Wiener
(Lima, 1975)

lunes, 27 de junio de 2011

María Baranda




3


Escuchas voces: láminas de sal para tu voz de fuego.
Oyes al viento entrar en ti con sus alas verdes
pudriéndose en el lodo.
Sabes que es un designio de los dioses frágiles
y simples.
Su inquietud te recuerda
el interior de un bosque gritando en sus insectos.
Criaturas disonantes y armónicas te anuncian
la primera vez inalcanzable en que los niños nacen.
El tiempo original cae de una costilla anónima
a firmes navajazos, dulce remedo de un afán
hacia los claustros del enfermo.
El viento se dispersa en tu cabeza.
Se eleva un canto en la crucifixión
que va y vuelve por tu sexo.
Dices que Cristo forcejea con sus amores
y la famosa espina
clavada al son del pecho.
Se acerca el petirrojo. La tierra se vacía
y tú adivinas sangre en la ciudad corriendo
con la ambición de ser el ser que eres por la boca,
ecuánime y golpeado,
abalanzándote a la piedra de aquellas tentaciones.
Igual que él te glorificas.
Cuelgas un letrero azul a la entrada de tu cueva.
No hay cuervo que dure en sus graznidos
la invocación del polvo y la ceniza.

La cara de una bruja se adivina.
Son las leyendas celtas que supuran
por la piel de tu hijo: Beowulf enterrado
con el tesoro del dragón entre su pecho,
los nobles de la rosa con sus cabellos sueltos
corriendo por el campo,
san Telmo perdido en un grano de arena.
Hay senderos tramposos de barcos fantasmales,
la ruta de Santiago es un vasto rumor
donde tu alma se despoja,
y "¡cállate dulzura!",
le pides al que vaga quejoso y deambulante
entre las grutas verdes de las hadas
y los ríos ilícitos donde la noche se desnuda.
Cantas.
Cantas por los párpados de una palabra en tu saliva.
La máscara de una armadura resguarda tu nombre,
tu nombre de soldado,
tu nombre de padre que mira las ballenas
como si fueran cirios ondulantes.
Lloras bajo las muecas de la luna
en vísperas de alumbre.
De dos en dos llegas a marzo
de marzo a la vulva de todos los cordajes.
Las ratas y los chancros son la opacidad en la bahía.
Y en esa oscuridad
donde los santos suenan sus campanas
buscas calmar tu sed con un trago de mar
que congrega a la flor en tu garganta.

Bebes, bebes un poco de la vida
bailando entre las sombras de todos tus fantasmas.




María Baranda
De "Dylan y las ballenas" (2003) Editorial Planeta

México, 1962. Poeta, editora y traductora. Ha escrito los libros de poesía: El jardín de los encantamientos, 1989; Fábula de los perdidos, 1990; Ficción de cielo, 1995; Los memoriosos, 1995; Moradas imposibles, 1997; Nadie, los ojos, 1999; Causas y azares, en colaboración con la pintora Magali Lara, 2000; Narrar, 2001; Atlántica y El Rústico, 2002; y Dylan y las ballenas, 2003. Su poesía ha sido traducida al francés, inglés y lituano. Ha obtenido los premios: Iberoamericano de Poesía otorgado por la Villa de Madrid, España, 1998, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, 2003

sábado, 25 de junio de 2011

Abelardo Castillo




El desterrado


Esta ciudad queda lejos de las rosas de mi padre y de la ventana que da sobre las rosas y de mi mesa junto a la ventana y de mí.

Si valiera la pena escribir en esta ciudad la historia de mi vida
hablaría primero de mi pueblo
y de las calles de mi pueblo
angostas
y cortas
y mal iluminadas.

De la iglesia
(del curita aquel que una mañana no dio misa
y de la muchacha que desapareció esa mañana)
del río
y la barranca y de las lápidas irlandesas del cementerio viejo que está sobre la barranca y del vecino loco que muere entre sus flores y de una puerta que a veces no existía.

Después, padre, hablaría de un perro que se llamaba clavel.

Todo en voz muy baja
como quien se confiesa.

Me da un miedo espantoso morirme en esta ciudad sin haber hablado nunca de estas cosas.



Abelardo Castillo
nació en San Pedro (Prov. de Buenos Aires) el 27 de marzo de 1935. Comenzó a publicar cuentos hacia 1957 .Volvedor ganó un premio en el concurso de la revista Vea y Lea en 1959, siendo jurado Borges, Bioy Casares y Peyrou.
Fundó El Grillo de Papel, continuada por El Escarabajo de Oro, una de las revistas literarias de más larga vida (1959-1974) en la época, caracterizada por su adhesión al existencialismo, al compromiso sartreano del escritor.

PREMIO CASA DE LAS AMERICAS por "Las Otras Puertas" (cuentos). Jurado: Juan Rulfo, José Bianco, Guillermo Cabrera Infante, José Antonio Portuondo.

jueves, 23 de junio de 2011

Félix Luna




Alfonsina y el mar


Por la blanda arena
Que lame el mar
Su pequeña huella
No vuelve más
Un sendero solo
De pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda
Un sendero solo
De penas mudas llegó
Hasta la espuma.

Sabe Dios qué angustia
Te acompañó
Qué dolores viejos
Calló tu voz
Para recostarte
Arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta
En el fondo oscuro del mar
La caracola.

Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fuíste a buscar?
Una voz antigüa
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.

Cinco sirenitas
Te llevarán
Por caminos de algas
Y de coral
Y fosforescentes
Caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes
Del agua van a jugar
Pronto a tu lado.

Bájame la lámpara
Un poco más
Déjame que duerma
Nodriza, en paz
Y si llama él
No le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve
Y si llama él
No le digas nunca que estoy
Di que me he ido.

Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fuiste a buscar?
Una voz antigua
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.





Félix Luna
Buenos Aires, (1925 - (2009) Historiador, poeta.




Compositor: Ariel Ramirez
Intérprete: Mercedes Sosa

martes, 21 de junio de 2011

Sofía Castañón




Sutura


Cómo se ha cerrado esta fisura.
Porque esto no es una pared,
un jarrón con agua congelada
o la grieta goteante de un silencio.

Cómo se han cerrado otras fisuras,
cuando los alveolos estallaban
y nos ahogábamos en aire.

Quiénes, dónde trabajan y cuánto
declaran al año de estas curas.
Nos han asaltado con sus batas blancas,
con un cinto blanco de sonrisa
y se han puesto a cerrarnos heridas
que antes no eran blancas.

Una mañana desperté con el pecho abierto
y antes del zumo ya había en él gladiolos
cerca del esternón. Una mañana el abismo
reposaba tranquilo en mi regazo.
Y a la siguiente, nada.

Fue como si descargaran un camión de plaquetas,
el cierre de una mina abierta en la que no moría nadie.

Sin denuncias, sin molestias, y aún así
esta presa para contener cerraditos los órganos.
Que no se te escape el oxígeno.
Que no albergues acantilados.
Que eso no se hace. Que el monopolio de las aperturas
lo tienen otros y saben respetar el horario.

Cómo se ha cerrado esta fisura.
Cuándo fue la inmersión, la desmemoria.

Yo tenía un campo abierto en el pecho
y ahora sólo líquido amniótico,
sosegada carencia.

Pero antes nos surcaban zanjas.
Nevaba y en las manos nos crecían granadas blancas.
Las hundíamos en los demás cuerpos.

Nos cerraron
nuestra luz insoportable.



Sofía Castañón



Nació en Gijón, España 1983

Publicó "Animales interiores" (2007), "Últimas cartas a Kansas" (2008) y "Tiempu de render" (2010) y los cuadernos "Culpa de" y "La sombra de Peter Pan".

domingo, 19 de junio de 2011

Armando Tejada Gómez




Hay un niño en la calle


A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Le digo amor, me digo, recuerdo que yo andaba
con las primeras luces de mi sangre, vendiendo
una oscura vergüenza, la historia, el tiempo,
diarios,
porque es cuando recuerdo también las presidencias,
urgentes abogados, conservadores,
asco,
cuando subo a la vida juntando la inocencia,
mi niñez triturada por escasos centavos,
por la cantidad mínima de pagar la estadía
como un vagón de carga
y saber que a esta hora mi madre está esperando,
quiero decir, la madre del niño innumerable
que sale y nos pregunta con su rostro de madre:
qué han hecho de la vida,
dónde pondré la sangre,
qué haré con mi semilla si hay un niño en la calle.

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate,
transitar sus países de bandidos y tesoros
poniéndole una estrella en el sitio del hambre,
de otro modo es inútil ensayar en la tierra
la alegría y el canto,
de otro modo es absurdo
porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Dónde andarán los niños que venían conmigo
ganándose la vida por los cuatro costados,
porque en este camino de lo hostil ferozmente
cayó el Toto de frente con su poquita sangre,
con sus ropas de fe, su dolor a pedazos
y ahora necesito saber cuáles sonríen,
mi canción necesita saber si se han salvado,
porque sino es inútil mi juventud de música
y ha de dolerme mucho la primavera este año.

Importan dos maneras de concebir el mundo.
Una, salvarse solo,
arrojar ciegamente los demás de la balsa
y la otra,
un destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último náufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como una ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándose el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque sino las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas una mala palabra.

Cuando uno anda en los pueblos del país
o va en trenes por su geografía de silencio,
la patria
sale a mirar al hombre con los niños desnudos
y a preguntar qué fecha corresponde a su hambre
qué historia les concierne,
qué lugar en el mapa,
porque uno Norte adentro y Sur adentro encuentra
la espalda escandalosa de las grandes ciudades
nutriéndose de trigo, vides, cañaverales
donde el azúcar sube como un junco del aire,
uno encuentra la gente, los jornales escasos,
una sorda tarea de madres con horarios
y padres silenciosos molidos en las fábricas,
hay días que uno andando de madrugada encuentra
la intemperie dormida con un niño en los brazos.

Y uno recuerda nombres, anécdotas, señores
que en París han bebido
por la antigua belleza de Dios, sobre la balsa
en donde han sorprendido la soledad de frente
y la índole triste del hombre solitario,
en tanto, sus señoras tienen angustia y cambian
de amantes esta noche, de médico esta tarde,
porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo
y ellos son accionistas de los niños descalzos.

Ellos han olvidado
que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños
que viven en la calle
y multitud de niños
que crecen en la calle.

A esta hora exactamente,
hay un niño creciendo.

Yo lo veo apretando su corazón pequeño,
mirándonos a todos con sus ojos de fábula,
viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,
un relámpago trunco le cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido
como un niño en la calle…



Armando Tejada Gómez, poeta argentino (Mendoza) 1929 - 1992

La obra de Armando Tejada Gómez fue declarada de interés Educativo Permanente por la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.

viernes, 17 de junio de 2011

Susana Thénon




Non stop

Creer que voy a la India a creer que entiendo
lo que creo que hay que creer

creer que entendí lo que hay que creer para saber y
creer que estoy en la India porque creo saber
lo que hay que creer

creer que sigo en la India para profundizar este saber
sin permitirme creer que me ilusiona
ganges alguno
profesor templo vaca millón de muertos
ganges alguno

creer que mi creer estar en la India tiene un sentido cósmico
irrepetible intraducible

creer que mi creer estar en la India será fundamental
para mi creer saber
y el de la India

creer que el seguir en India todo un año resolverá el dilema
de lo que es creerse un ser ansioso de saber

de paso creer que es mi deber elaborar manuscribir trasliterar
reelaborar y difundir

creer que ya es hora de creer que capté todo lo que había que
entender

creer que ya es hora de volver a la añorada patria a divulgar
tanto saber

creer salir de la India llegar a la añorada patria
ver ver no poder creer

no poder creer
no poder ser

creer que vuelvo a la India a ver si entiendo
lo que creo que hay que creer


Susana Thénon
De "Ova completa"



Nació en Buenos Aires en 1935. Fue poeta, traductora y fotógrafa. Murió en 1991.
Escribió cinco libros de poemas: “Edad sin tregua” (1958), “Habitante de la nada” (1959), “De lugares extraños” (1967), “Distancias” (1984) y “Ova completa” (1987) reunidos en “La morada imposible” (2001).

miércoles, 15 de junio de 2011

Concha García




Lo abstracto

De vez en cuando
un vicio nuevo me invade y miro la hora
porque se ha vaciado la alcancía,
mis besos rebotan por las paredes
y mi mera ilusión es ese hábito
que escapa de la escasez y se regodea
solo, como un altivo gusano,
y me como los dedos de mi amante
que no me amó, y me lamento
de la humedad que da eso en la mirada,
y me pongo frenética aupándome para verlo
todo más lejos, y me acuso de divinizar
lo que toco con el ojo, y me
asusta llevar la incertidumbre
en los besos, y me pongo celosa
porque soy olvidable.


De "Pormenor"


Todo desaparece

Mientras el corazón no es más
que una metáfora
hay quien aprieta sus papeles
se lame los labios, mira la hora,
ansía tabaco, y se lanza a la calle
como si al sentir el aire sintiese
una necesidad de antaño, o varias
necesidades de ahora
que un presentimiento
disipa de repente.


De "Ayer y calles"



Variaciones

Hemos conocido vicisitudes de doble filo
aguas donde bañarse era imposible
tiempos de amor con un fondo blanco
y una ternura por mirarlo todo
que nos daba respuestas equivocadas
por eso me dirijo a ti. La mujer
que hoy piensa y siente a la vez
parece perturbada por la situación
y resbala entre recuerdos donde el amor
era la invención sublime de ser dos.
Pero no todo pasa.
Me hinco en mi cama y soy una
con la conciencia escindida, con la virtud
de quererme marear involucrada
en sensaciones que no transpiran
porque te necesitaría para sudar,
y como estoy sola lo canto
porque siempre hubo un tiempo
y habrá más tiempos ya sin dolor
sin esperar que un faro de coche
alumbre la esquina donde fijo la mirada.
Me siento agotada, como si la sensación
de ser yo misma me golpease
en un centro conocido pero ignorado.


De " Cuantas llaves"



Concha García



Nació en España, La Rambla, Córdoba (1956), reside en Barcelona, es Licenciada en Filología Hispánica.
Publicó: Por mi no arderán los quicios ni se quemarán las teas. (1986); Otra Ley, (1987); Ya nada es rito, (1988); Desdén (1990); Pormenor (1995); Ayer y calles, (1995); Cuantas llaves, (1998); Arboles que ya florecerán, (2001); Luz de almacén, (2001). Ha recibido los premios Aula Negra, Barcarola y Gil de Biedma. En prosa publica Mi amor.doc, (2001).


Obra: Erotique - Mentor "Barcelona (1919-2003)"

lunes, 13 de junio de 2011

Miguel Cantilo




Catalina Bahía

Catalina tenía la rutina
Del eterno crepúsculo en la piel
Su comarca de sexo en una esquina
Sus hectáreas de pecho en un vaivén

Catalina sabía el argumento
De la sábana rota por amor
Me soplaba la letra con su aliento
Y nos iba surgiendo esta canción

Labio sobre labio sobre labio
Y la península mía
Beso contra beso
Y tu bahía

Cuando se hacen las dos de la mañana
Cuando se hacen las cuatro del amor
Sus pupilas hamacan porcelana
En ojeras de rimel y carbón

Catalina de fuego y nicotina
Esperando volver a comenzar
Bocanada profunda que ilumina
La mirada marrón de par en par

Labio sobre labio sobre labio
Y la península mía
Beso contra beso
Y tu bahía

La mirada en el techo de los días
La ceniza en el suelo del pudor
Y su nombre arrugado en una silla
Su apellido tendido del balcón

Encender la fogata que combina
Mi melena, la tuya y la del sol
Un retrato de fuego Catalina
Con rutina de lento caracol

Labio sobre labio sobre labio
Y la península mía
Beso contra beso
Y tu bahía



Miguel Cantilo



Nació el 9 de noviembre de 1949, músico destacado por la poesía de sus letras.
Formó el dúo Pedro y Pablo, junto a Jorge Durietz, que comenzó su actividad contestataria en 1968.

Intérprete: Pedro Aznar

Obra: Pintura roja - Mentor "Barcelona (1919-2003)"

sábado, 11 de junio de 2011

Pablo García Casado




Ginebra besos

me dices que la cama de tu cuarto
está sin hacer que bajaste y todas
las tiendas estaban cerradas que hoy

es domingo que ayer sábado dijimos
muchas cosas mucho amor ginebra besos
que si tengo algo de pan o de ternura

que prestarte



La edad del automóvil


ahora estás en el mercado lleva tus ojos
hacia un cuerpo y un volante pruébalo úsalo
y rompe el contrato verás qué rápido aparecen
futuros arrendatarios tú pregunta por la marca
el modelo y la amplitud del asiento de atrás
no te reprimas déjate llevar por la erótica
del negocio


Las afueras

por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras

la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán

amaneciendo los restos del amor en las afueras



Sweet Jane

lou reed


yo he vivido mucho tiempo pendiente de un hilo
telefónico de un buzón sin cerradura de las manos
de unos hombres que no quisieron encontrarme

acumulando toda clase de pastillas esquivando
como pude los domingos por la tarde yo he vivido
demasiado tiempo al otro lado de la pantalla

mirando el amor por los anuncios



Pablo García Casado
De "Las afueras" 1997

Nació en España, Córdoba en 1972.
Publicó "Calentura" 1993, "El poema de Jane" 1996, "Las afueras" 1997, "El mapa de América" 2001 y "Dinero" en 2007.

jueves, 9 de junio de 2011

Javier Vicedo Alós




Homenaje vertical


I

Echamos fuego al agua
y apagamos la transparencia.
Así quema el hombre la claridad del mundo
y la prende de silencio.
El temblor humano del fuego,
el estrépito de una voz abriéndose,
enmudece cualquier palabra.
Al fuego le basta con arder.



II

No hay palabra más cierta que otra.
Se aprende a callar con los años,
aunque parezca que hablemos.
Se nace sin palabras
y con todas las palabras rotas nos vamos.
Y sin embargo,
aunque vivir sea enmudecer,
existe un placer original en el silencio
que justifica todos los silencios.



Javier Vicedo Alós
Nació en España, Castellón en 1985.
Publicó "La última distancia" (Ed. Puerta del Mar,2010) y "El azul silencio del hombre" (Ed. Aula de Poesía, 2008).

martes, 7 de junio de 2011

Joaquín O. Giannuzzi



Tiroteo en la noche


Una caliente contracción en el indefenso espacio
y los fogonazos en la oscuridad
nos arrojan a una épica impura.
Cada cosa es un blanco paralizado
bajo el ojo instantáneo del cazador. No es ésta
nuestra última cena, pero en las habitaciones
la época introduce más muertos
de los que merecemos. En el silencio que sigue
no hay ninguna explicación
sino una brusca asfixia en medio de la comida.
La mesa familiar es ahora
un centro fracturado. Nadie quiere la historia
en su plato de sopa, el síncope
detrás de la puerta. Pero el terror
nos acerca un combate donde arder a fondo:
ningún crimen es una verdad aislada.
La noche nos incluye y hay todavía un último disparo
distanciado e irónico: allá afuera
alguien se ha tomado su tiempo
para liberar nuestro juicio atascado.
Lo que ha sucedido busca equilibrio
en el cerebro. Un escalofrío en la vajilla
le pertenece y su bala final
ha definido la situación un sitio para nosotros
en la ardiente comunidad de la cacería.




Joaquín O. Giannuzzi
De "Cabeza Final", 1991



Joaquín O. Giannuzzi nació en Buenos Aires en 1924. Ejerció el periodismo y la crítica literaria en diversos medios, entre ellos la revista Sur y los diarios Crítica, La Nación y Clarín. Su vida de escritor la dedicó a la poesía. Fue distinguido con el Premio Vicente Barbieri otorgado por la SADE (1957), el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes (1963 y 1977), el Gran Premio de Honor Fundación Argentina para la Poesía (1979), el Segundo Premio Nacional de Poesía (1981), el Primer Premio Municipal de Poesía (1980 - 1982), el Primer Premio Nacional de Poesía (1992) y el Premio Esteban Echeverría (1993). Ha publicado los siguientes libros: Nuestros días mortales (Sur, 1958), Contemporáneo del mundo (1962), Las condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980), Violín obligado (1984), Cabeza final (1991), Apuestas en lo oscuro, Emecé(2000), y Obra Poética (Obras completas, Emecé, 2000).
Murió en el año 2004 en la provincia de Salta.

Fotografía: Jaime Ibarra

domingo, 5 de junio de 2011

Graciela Cros




El desterrado sin ayer sabe
que la memoria es el espacio donde ocurren las cosas
                 por la segunda vez
Sabe
que memoria es verdad
que verdad no es olvido
y espera
                 -grito atado con trapos-
aprende
a esperar
desnudo, sin edad,
recorre el camino hacia atrás
para reunir bajo la luz de los Jardines de Urca
las claves de su NIÑO
               Y por último el mar
                 que NO responde


de “Urca”




Lejos De Casa

Lo verdadero ocurre en aguas profundas
y las palabras poco pueden con eso
Los pescadores han traído un lobo de mar
que por error o azar cayó en la red de congrios y jureles
Su cabeza ladeada hacia el este cuelga de un escalón del muelle
No respira
Tiene un fulgor lechoso en la mirada
y en un breve intervalo pasó de ser protagonista
a convertirse en obstáculo
Es un hecho fortuito
un punto irrelevante en la mañana
este lobo muerto por error o azar
Me recuerda a mi padre
el último día que lo vi.


de “Libro de Boock”


Graciela Cros

(1945) nació en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, y reside en San Carlos de Bariloche desde 1971


Obra: Sandra Nunes

viernes, 3 de junio de 2011

Daniel Battilana



Para todo sueño


Para todo sueño,
los atardeceres dan a la tarde
una luz aparente
que no puedo resolver;
es que a fuerza de salar el manuscrito
crecen la certeza y la demora
y por delicadeza pierdo la vida.
Más de lo que tú sabes
he insistido
con golpes en el agua,
y es más de lo que puedo
el tamaño de las cosas.

Fracasado en lo que no es:
en olvidar un rostro,
en el azar de las calmas,
de un afán silencioso,
suelo llegar cansado a la violencia.

Más de lo que tú sabes
he insistido
y dejo para mí
la ceniza breve de tus ojos
el azúcar, piedra que no cesa
y la omnímoda memoria de las estrellas.



* * *


Hablas del silencio
y lo pronuncias.

Las palabras encallan
en un significado cualquiera.
Dices haber
atravesado la línea
luego entenderás.

Mirar al cielo
entorpece con destrezas.

Es incomparable
acaparar el día.
Destreza es
ver lo circular
del arcoiris.
La palabra despojada
de su penuria
ver llover
yo viendo llover.

Palabras que anteceden
sólo coraza de dichas
en gestos.



Daniel Battilana
De "Vulnerario"

Nació en Buenos Aires 1962.
Poeta, narrador y ensayista. Músico.
Realizó estudios en sinología, antropología UBA, e historia de las religiones.
Es Master en historia del arte del King´s college of London, con tesis sobre Ausencia y lenguaje y La exaltación del vínculo poético.
Es miembro de la Asociación argentina de epistemología del psicoanálisis.

Publicó:
POEMAS, cuadernillo, 1985 La Luna que...
NICUTALDIA, poemas, edic. Cucaña, Bs. As. 1995.
FULCRO, edic. Cucaña, Bs. As. 1997.
AGUAMENOR, poemas, edic. Cucaña, Bs. As. 2001.
En CD, Propaga/Poemas, en colaboración con el poeta Rolando Revagliatti.
VULNERARIO, Ed. Cucaña, Bs. As. 2002
HOMOTEXTUS, Ed. Cucaña, 2005

http://danielbattilana.blogspot.com/

miércoles, 1 de junio de 2011

Iris Alejandra Giménez



La casa que me habita
Yo soy ese fantasma




En forma de lluvia
andan mis pasos por esta casa
vuelta a construir
tantas veces
en los ojos




Me levanto por la noche
al amparo del insomnio
refiriéndome a mí
como quien espera encontrarse en una brújula




Y la cabeza me piensa
una cabeza
que piensa a otra
que es mía
y me piensa a mí




Quién sabe
Si me repito
será que todo es lo mismo




Gira la brújula desorientada
y las ánimas de las cosas se espantan
como palomas de los niños

Pero siempre vuelven




Tantas veces y tantas
gotas que van a vaciar un hueco
del alma / intranquila




No es temor a la muerte
Es que no quisiera recordar la vida
como a la niñez
y extrañarla para siempre



Iris Alejandra Giménez
de “Luz primera”, inédito 1990/93

Nació en mayo de 1969. Reside en la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro.
Publicó el libro de poemas Lugar necesario, Colección Biblioteca Patagonia, Ediciones El Camarote-2006. Forma parte de la antología “Leer la Argentina”, literatura para adolescentes, Fundación Mempo Giardinelli, con el cuento “La especialidad de la casa”; texto que forma parte de la obra teatral “Pueblo, mi pueblito”, dirigida por Silvina Ferragine, con el asesoramiento literario de Ana Padovani, estrenada en diciembre de 2007 en Buenos Aires, Mar del Plata y en la Feria del Libro Infantil 2008.

www.lugarnecesario.blogspot.com

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com