viernes, 23 de agosto de 2013

Oliverio Girondo










Apunte callejero


En la terraza de un café hay una familia gris.
Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesas.
El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles.
En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.

Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes,
que se me entran por las pupilas.
Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar...
Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda.

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto
se arroja entre las ruedas de un tranvía.


Verona


¡Se celebra el adulterio de María con la Paloma Sacra!

Una lluvia pulverizada lustra "La Plaza de las Verduras", se hincha en globitos que navegan por la vereda y de repente estallan sin motivo.

Entre los dedos de las arcadas, una multitud espesa amasa su desilusión; mientras la banda gruñe un tiempo de vals, para que los estandartes den cuatro vueltas y se paren.

La Virgen, sentada en una fuente, como sobre un "bidé", desparrama un agua enrojecida por las bombitas de luz eléctrica que le han puesto en los pies.

¡Guitarras! ¡Mandolinas! ¡Balcones sin escalas y sin Julietas! Paraguas que sudan y son como la supervivencia de una flora ya fósil. Capiteles donde unos monos se entretienen desde hace nueve siglos en hacer el amor.

El cielo simple, verdoso, un poco sucio, es del mismo color que el uniforme de los soldados.


Verona, julio, 1921.


Oliverio Girondo
Argentino (1890-1967)
De "Espantapájaros y otras obras"  Centro Editor de América Latina 1981

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Poesía del Mondongo

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