martes, 29 de octubre de 2013

Cristina Peri Rossi




LA FRACTURA DEL LENGUAJE DE LOS LINGÜISTAS
APLICADA A LA VIDA COTIDIANA


Le dije que me gustaba, y quedé insatisfecha.
La verdad era que a veces no me gustaba nada,
pero no podía vivir sin ella.
Le dije que la quería,
pero también quiero a mi perro.
Después le dije que la amaba,
pero mi incomodidad fue mayor aún:
no tenía un cúmulo de buenos sentimientos,
a veces mis sentimientos eran muy malos,
quería secuestrarla, matarla de amor,
reducirla a la esclavitud, dominarla.
A veces, sólo quería su placer.
La complicidad que reclamé
era imposible: ¿qué complicidad se puede establecer
con alguien cuya sonrisa nos lleva al paraíso
y cuya indiferencia nos conduce al infierno? (William Blake)
Decidí prescindir del lenguaje,
entonces me acusó de no querer comunicarme.

Desde hace unos años, sólo existe el silencio.
Encuentro, en él, una rara ecuanimidad:
la de los placeres solitarios.




ORACIÓN


Líbranos, señor,
de encontrarnos,
años después,
con nuestros grandes amores.



Cristina Peri Rossi
Uruguay – 1941

De: “Inmovilidad de los barcos”

Ed. Bassarai – España – 1997


Obra: Dama de azul - Héctor Acevedo

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Poesía del Mondongo

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