martes, 10 de diciembre de 2013

Julio Cortázar



GOLEM


Ese violento fleco rojo es una estrella. El día acaba
como, el llanto, una tierra sorda, un pardo.
La destrucción devora las cornisas,
un talco ruin se posa en las ventanas,
y de los puentes crece como un nombre maligno,
una agobiada enfermedad del agua.

Allí en tu pálido país arde la tarde
por donde irás, de color claro, un poco triste.
No puede ser que no estés triste a veces,
no puede ser que ignores
cuánta tristeza hay en tu doble, esta
callada figulina que a mi lado contempla
la fría perfección de la noche que nace.



Julio Cortázar
(1914-1984)

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Poesía del Mondongo

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