lunes, 30 de junio de 2014

Laura Yasan




la doble nelson


¿usted cómo lo hace?
¿sabía que el amor después de los cuarenta es un concepto impracticable
como intentar una aleación entre un campo flexible y un material totalitario
un desafío estéril que le marca en la frente las letras de un cartel
que usted va por la calle con la palabra nunca entre los ojos
y todos leen que come de la olla
que duerme solo
que llora a gritos contra el botiquín
que los domingos piensa en matarse
los lunes maldice su falta de valor
el martes se compone
el viernes va a un lugar donde la gente se conoce
pero se siente un vidrio
una columna
una capa de polvo entre el ruido y la noche?
y los demás se besan en la boca
y ríen y se abrazan como si el mundo fuera a colapsar

o todo dependiese de un principio
acaso esa membrana que une la juventud con la belleza
y se desgarra en la fricción

usted
¿cómo lo hace?




química orgánica


todo el tiempo que tarda el corazón en olvidar la música
y acostumbrarse al ruido de hojas muertas
que desprende el recuerdo cuando avanza

todo el tiempo que tarda en separar
hebras impuras del oxígeno
latido de temblor
señales en la falla

todo el tiempo que tarda en reaccionar su ángel sometido
la boca azul contra la noche
ese torrente oscuro que va en la cicatriz
como un pez por el cauce del misterio

todo el tiempo que tarda en corromper
la ruta del carbono
y arder bajo la nuca el tronco de su árbol
se rasga en las mejillas una alfombra de seda

la lengua flota en una ciénaga
y es un beso de sal sobre la llaga
todo el tiempo que tarda el corazón
en dejarte partir



Laura Yasan
De "La llave marilyn" - Premio Casa de las Américas, Poesía, 2008

Nació en Buenos Aires, 1960.

Imagen extraída: http://ilianagodoy.com/obra/critica/

viernes, 27 de junio de 2014

Máximo Simpson



To bo or not to be


Yo quise ser un rojo violín desorbitado,
un ex abrupto eterno,
un jardín de magnolias o una tromba,
y sólo soy ahora profesor de nostalgias,
edecán del otoño pesaroso.

Yo quise ser el mar,
o talvez quise ser lo que no quise,
un triángulo isósceles o un trueno,
o una momia egipcia
con su paz infinita, imperturbable.

Eso quise talvez en mi constancia,
en mi apuro, en mi afán, en mi zozobra,
quise ser el revés, la mano izquierda,

el costado de mí, mi renegado,
y sólo soy mi tú, mi pobre mí,
un pronombre ya exhausto,
un posesivo huérfano, un despojado mi.

Eso quise tal vez,
y sólo soy ahora mi vecino,
apenas mi perfil, mi suroeste,
mi terco lateral:
estoy en la adyacencia limítrofe de mi,
y siento desazón, me extraño mucho.




Resurrección


Hoy me he puesto de pie, me he levantado.
En un rapto de orgullo pude mover la piedra,
sacudirme la bóveda.
Mirad el jeroglífico sediento
de avara eternidad:
esta inscripción soy yo,
mi muerte.


Después de interminables cataratas de olvido,
aún los sueños me acechan
con su cortejo de sangrantes manos,
y aluviones de gritos me persiguen.
Y aquí estoy yo, señores;
soy el amortajado:
yo soy el rey de Egipto,
padre de las cosechas,
ruiseñor de las lluvias,
y a mí el trueno irascible me obedece.
Yo vi a Tutankamón sonreír de orgullo,
levanté la pirámide de Keops,
y aquí estoy yo, miradme.
Yo quiero este socorro, esta limosna,
la migaja del último terrestre:
quiero morir de amor,
tomar un ómnibus.


Mirad mi piedra, contemplad mis párpados,
mi sueño melancólico,
mi enfermedad letal de piedra viva,
de resplandor que no se acaba:
siento el terror del tiempo,
sus pezuñas de cal sobre mis ojos.




Máximo Simpson
De "Poemas del hotel melancólico" -  3ra Ed. 2007 - Ediciones Botellas al mar

Nació en Buenos Aires en 1929.

Imagen extraída: http://shelf3d.com/Search/Uploaded by otragaceta

lunes, 23 de junio de 2014

Santiago Sylvester




4


Por su cerebro sólo pasan cosas simples:
la mano que lo ata, el bozal
enorme para los ojos próximos,
la pared de azulejos, extensa y pulcra,
los objetos que chocan entre sí
preparados para el reconocimiento.
Ya no aúlla a la luna,
ni lo emociona la memoria,
ni se distrae la boca
que no puede comer ni ladrar.


Exhausto de experiencia,
mira, toca superficies,
ya no escarba ni increpa.
El mundo es plano,
una propensión por lo concreto.



8


Una palmada, gruñe;
dos palmadas, muerde al aire;
tres palmadas, segrega en el vacío;
y así pasa el día, oyendo el vínculo
que lo ata sin seducción,
el idioma urgente que lo alarma.


El silencio, en cambio, lo hace saltar,
correr, buscar la calle,
irrumpir como sea;
pero luego lo aturde,
le empasta el salto, la irrupción,
y sólo oye palmadas.
Entonces gruñe, muerde al aire,
segrega en el vacío.



10


Apestando a perra,
pierde el control de su conducta.
Ya no le importa el hambre
ni los otros perros;
sólo el bramido del sexo
que lo obliga a moverse, girar
sobre la mesa,
apretar los testículos
como si sólo pudiera estar así,
aturdiendo a todo el mundo.


Luego controla la tensión,
el movimiento del cuerpo,
y mira al hombre de blanco:
siente piedad por él, su perra.




Santiago Sylvester
De "Perro de laboratorio"  - (1987)

Nació en Salta, 1942.


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jueves, 19 de junio de 2014

Mónica Rolandelli




Un dolor


Viento,
desmechado girón de eternidad.

Diamante que como escalado retoño
salió de mi piel para treparse
                                       a mi espalda.

Una espada como aguijón del diablo
se hundió en mi carne
hasta taladrarme el hueso.

Un hombro.
Un hombre.
Articulación desnuda
como llaga abierta,
boca traspapelada
habla detrás de mí.

Habla de mi espalda
aún en oscuro mutismo.
No cesa
corta el sueño.
Me reclama
y yo sin poder ver.
Voz que me nombra desde lejos.
Yo ciega.

Hay ojos que me reflejan
ahí donde ya no puedo mirar.

Pasión de soledad.
Compasión sin nombre.
Hombre puro.

Puro nombre.

Grito que me reclama.
Grito que pueda ver.
Grito que estalle los infinitos espejos
que se empeñan en borrarme.

Un grito que me arme
             que me pulse.
Un grito que me aprese
para poder vivir.



Barullo del alma


Incierto
en insoportable cadencia
y la vida se escapa por la boca
sin poder decirse.



Último verso


A la telaraña musgosa de mis dedos
llegó como un canto extasiado
tu letra imperdonable
aquella del último trazo
la de ese último adiós
levitado entre lloviznas y ocres.



Mónica Rolandelli
De "Desfiladeros" - Ediciones Vigilias (2001)


Obra: Voladora - Irene Morack




domingo, 15 de junio de 2014

Mario Benedetti

  Estación Constitución    -   Coro del Colegio Nacional Alte. Brown  




Te quiero

Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.




Mario Benedetti
(1920-2009) Uruguay

FlashMob
Coro del Colegio Nacional Alte. Brown
Dirección: Ricardo Barrera
Estación Constitución
Te quiero (Somos mucho más que dos)

jueves, 12 de junio de 2014

Mario Trejo




Kesi Keno


                             A Kenó


Kesí
Kenó tiene razón
Ké kosa extrema
es un poema

Komo un policía
detrás de las palabras
va la poesía

Ni a las palabras respeta
hoy el poeta

Feas o hermosas
lo ke kuenta
son las kosas



Balada del ké y el kómo


Balada de qué hablar
balada de cómo hablar
balada de cosas que no quiero decir
balada de cosas que no sé decir

Hombre desconocido
especial y genérico
animal planetario
que a sí mismo se inventa
abundante y perdido
o solo o solo y solo
en el carnaval ideológico

Pero hay cosas que sí quiero decir
cosas que
palabras que
cosas como
palabras como





Mario Trejo
De "Antología poética" - Fondo nacional de las Artes (2006)



Buenos Aires, 1926, Poeta


lunes, 9 de junio de 2014

Macky Corbalán



Cutral Có


I


Tuvo río solo por un día. Arrastró
casas, perros y
gente por kilómetros,
durante un marzo hecho
enteramente
de agua.



II


Un desierto lo rodea.
Por las noches, a un tiempo,
los pequeños animales que
lo pueblan,
abren sus ojos,
y otra luz se hace.



III


La leche por la mañana, las tizas
de colores, las rodillas dolientes, los
árboles sacudidos violentamente
en una tarde marrón de arena
y cardos rusos.
Ben Hur en la tele.
Mi temor al ridículo, sobre
el mantel de una mesa rodeada
de sonrojadas amigas calladas.



Macky Corbalán
Argentina – 1963



jueves, 5 de junio de 2014

Dora Hoffmann



Los habitantes de la memoria


Andarás a ciegas
cercado por la memoria,
uno
de los límites del ser.
Los habitantes de la memoria
no tienen contorno.
Crecen en la humedad,
en lo profundo,
confundidos sus brazos
y sus pechos
dormidos,
casi acuáticos
o vegetales,
vueltos los ojos hacia adentro.
Suben silenciosamente sin luz
entrelazando
sus largos dedos opacos.
No te dejarán pasar.
No pasarás.
No llegarás a l descarnado
sol que buscas.



Dora Hoffmann
De "Los habitantes de la memoria"

Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.

lunes, 2 de junio de 2014

Javier Ruibal



Fugitivos de Hamelin 


Te voy a contar mi cuento
porque yo soy el ratón
que se salvó del Titanic
en la tabla del jamón.
Con mucha imaginación
y el hueso que me quedaba,
del tirón puse un puchero
a base de agua salada.

Me puse a favor del viento
que me llevaba pa Cái,
pa matá el aburrimiento
fui leyendo el Niu Yor Taim.
Que si baja Gual Estrí,
que si crónica social,
la ratita presumida
no se acaba de casar.

Ni santo, ni diablo soy,
ni rico, ni pordiosero,
pa' qué quiero yo un trabajo
siendo el rey de mi agujero.
Y no me interesa el queso ná',
si no viene regala'o.
No se asuste, que así somos
los ratones coloraos.

Fugitivo en Hamelín,
yo me salvé por la jeta,
nunca me gustó el flautín
y menos la pandereta.
Fui ratón de biblioteca
pero preferí la hambruna
porque en la clase de al lado
siempre ensayaba la tuna.

Palabra de roedor,
yo lo he visto, no es un bulo,
al ratón de ordenador
le entra un cable por el cuerpo
que si no lo deja tuerto,
se conecta a la memoria.
Yo no sé cómo es la historia
pero yo, ratón así, ni muerto.

Dios me salve del veneno
y de los laboratorios,
que no tiren su dinero
en pagarme un velatorio.
Yo paso del teleflín,
paso de la Güarner Broder,
de joder al gato Yim,
de marditos roedores.

Al jartible de Martín
y la boba Susanita
le formamos un motín
los ratones más gaditas.
Y en Cádiz no hay ratón Pérez
porque acabó en la ruina:
hay ratitas y placeres
a la vuelta de la esquina.


Javier Ruibal 
(1955) Cádiz, España.


Info Wikipedia: compositor, guitarrista y cantante español nacido en El Puerto de Santa María, Cádiz el 15 de mayo de 1955; también es autor de sus propios textos y arreglista de sus creaciones. En su música confluyen estilos como el flamenco, la música sefardí y magrebí, el jazz, el rock, etc. El 28 de febrero del año 2007 obtuvo la Medalla de Andalucía en reconocimiento a su carrera.

Poesía del Mondongo

A todos, gracias por compartir este espacio

Email: fernando1954@gmail.com